Por Prof. Ricardo N. Gonzàlez.
Segùn la base de datos de la Biblioteca Nacional de España, “Matthew Restall (naciò el 17 de marzo de 1964 en Londres, Inglaterra) es un etnohistoriador y académico, profesor de historia de América Latina y antropología, británico. Ha sido director del centro de estudios latinoamericanos de la Universidad Estatal de Pensilvania. Es también coeditor de la revista especializada Ethnohistory journal”. Es autor del libro Los 7 mitos de la conquista española, publicado en Barcelona (España) en 2004 por la editorial Paidòs Ibèrica. En èste libro trata de centrar su investigaciòn en las interpretaciones sobre el desarrollo de todo el proceso de conquista del territorio americano que realizò la Corona Española. Tratarè de mencionar y comentar los mitos que releva el Profesor Restall, y a la luz de sus conclusiones tratar de ver si esos mismos argumentos son vàlidos especìficamente en la expediciòn de Sebastiàn Gaboto en 1527. Recordemos que la importancia de èsta expediciòn radica en ser el Primer Asentamiento Europeo en tierras del Plata. La fundaciòn del fuerte de Sancti Spìritus en la desembocadura del rìo Carcarañà en el rìo Coronda (actual Puerto Gaboto, Provincia de Santa Fe) sentò las bases de la exploraciòn de gran parte del actual territorio argentino. A tan solo 4 años de cumplirse los 500 años de la llegada del Europeo a las tierras de chanàs, timbùs, caracaraes, corondas, guaranìes y querandìes es muy interesante trabajar categorìas que el Profesor Matthew pensò para hombres como Cristòbal Colòn, Francisco Pizarro o Hernàn Cortès, en la figura del veneciano Sebastiàn Gaboto.
Empezarè diciendo que, “La palabra mito procede del griego m_thos, “palabra”, “relato”, “discurso que se cuenta”. El mito es un tipo de relato, oral o escrito, que presenta hechos extraordinarios considerados como posibles o reales por la comunidad en cuyo seno se cuenta o se canta. Tales hechos están relacionados con la edad de orígenes o fundación del mundo o del grupo con el que se relaciona la narración. Sus protagonistas son dioses, semidioses, héroes, o bien elementos cósmicos y naturales, o animales personificados. El contenido del mito es considerado por sus transmisores real y verídico, pero no exactamente histórico, sino más bien “protohistórico”, y goza de la consideración de hecho religioso dentro de esa comunidad”. (https://www.liceus.com/producto/el-mito/).
La llegada de los europeos, especìficamente las expediciones españolas, a nuestro continente generò un doble impacto. Para los nativos ver en sus tierras enormes embarcaciones y hombres con caracterìsticas culturales muy distintas a ellos fue la antesala de una noche oscura que comenzarìa en 1492; pero tambièn para los europeos fue la sorpresa de encontrar un Nuevo Mundo que sin dudas los llevò inmediatamente a buscar referencias conocidas, e inmediatamente a comparar lo que aquì hallaron con lo que existìa en su mundo. No fueron pocos los primeros intentos de recurrir a como referencia a la ficción medieval europea para comprender lo que el Nuevo Mundo les mostraba. Por eso lo que quedò reflejado en documentos oficiales y privados acerca de lo que vieron e hicieron en América estaban ineludiblemente definidas por los conceptos y la lengua de su propia cultura. De ahì que el relato que trascendiera y se hiciera oficialmente reconocido se vincula a una visión e interpretación coherente de la conquista desde la mirada de un español que transitò entre 1492 y 1700 nuestro continente.
En èste marco el Profesor Restall menciona los 7 mitos que a continuaciòn compartirè desde el trabajo que al respecto realizara el Profesor Luis Felipe Palacio Guerrero:
1) El primer mito, el mito de los hombres excepcionales, explora la tendencia a creer que las huestes conquistadoras españolas se encontraban compuestas por hombres de capacidades geniales y mentes lúcidas, que sabían perfectamente lo que estaban haciendo, hombres sabios y fuertes, expertos en la estrategia militar y, desde luego, obedientes a la Corona española. Esto va a generar la concepción generalizada de que el descubrimiento de América representa la hazaña más grande de la humanidad, y que sus protagonistas –que se cuentan con los dedos de la mano– fueron los héroes generadores de semejante gesta; la historia tradicional busca siempre el relato entre héroes y bellacos”.
2) El mito del ejèrcito del rey, segundo en la enumeración de Restall, conecta el anterior con la idea de la organización militar perfecta de los conquistadores: no solo estaban dirigidos por hombres excepcionales, sino que su organización bélica representaba los mismísimos ejércitos del rey enviados en la misión de la conquista del Nuevo Mundo.
3) El mito del conquistador blanco hace referencia a los distintos participantes de la conquista. En realidad, no todos fueron blancos españoles; al igual que los ayudantes indígenas, que desde el principio fueron fundamentales, también hubo conquistadores negros. Comunidades enteras de indígenas, tanto en Mesoamérica como en Tawantisuyu inca, fueron pie de fuerza militar para los españoles, quienes en su precaria situación les hubiera sido imposible conquistar a poblaciones enteras de indígenas; de igual manera, los conquistadores negros, desde el principio se entremezclaron entre las huestes y fueron partícipes de un proceso que tradicionalmente se les atribuye a los blancos.
4) El mito de la completitud parece ser el mito central de la obra de Restall. Definitivamente, es en la idea de una total completitud del proceso donde empiezan las divergencias de las se ocupa Restall: los españoles se encargaron desde el principio de recalcar el éxito rotundo de su empresa, alegando que la totalidad del continente se encontraba dominada, evangelizada y subyugada. La realidad no puede estar más lejos, y son necesarios varios estudios aún más extensos sobre este tema particular. Muchas comunidades y poblaciones enteras de indígenas nunca pudieron ser dominadas y en su gran mayoría se mantuvieron con vida los procesos culturales y sociales; los indígenas seguían obedeciendo a los mismos jefes, solo que estos ahora obedecían a los españoles, y, en el fondo, nada había cambiado; las conversiones al cristianismo era evitadas o disfrazadas y la mayoría de los procesos de la vida continuaban siendo los tradicionales.
5) El mito de la comunicación explora la creencia opuesta: que los españoles se comunicaban perfectamente con los indígenas o que en realidad no podían comunicarse con ellos de ninguna manera. Restall propone un punto medio, donde seguramente no se entendían la totalidad de las comunicaciones entre ellos, pero es seguro que tampoco se perdía todo lo que se decía: los intérpretes –como la famosa Malinche– representan ese punto medio.
6) El mito de la devastación indígena dice que las poblaciones indígenas sufrieron un exagerado descenso demográfico por las epidemias y las guerras, pero se desmiente tal idea, pues en realidad esta devastación no fue suficiente como para que las comunidades se mantuvieran estáticas y dispuestas al dominio total; al contrario, lograron siempre generar nuevas actitudes para mantener sus culturas e incluso su calidad de vida. La devastación indígena no fue, en ningún ámbito, causa de una decadencia cultural y, en cambio, sugiere una rápida evolución de los pueblos indígenas para adaptarse a siempre cambiantes condiciones.
7) El mito de la superioridad, trae a colación la idea de que la conquista fue un fácil proceso de imposición de superioridad entre los civilizados españoles y los indefensos indígenas. Ninguna de las supuestas superioridades que venían con los españoles fueron en realidad causas de su victoria sobre los indígenas: el armamento en realidad era escaso y su utilización en las condiciones del trópico era complicado; los perros y los caballos, desconocidos en América, no fueron causa de miedo y espanto generalizado; aunque sorprendieron al principio, los indígenas fácilmente los reconocieron y supieron sacarles ventaja. Además, los españoles no se estaban enfrentando a grupos primitivos e ignorantes, sino, en la mayoría de los casos, a sociedades complejas y avanzadas. Los dos factores que realmente favorecieron a los españoles en la conquista fueron las enfermedades, que realmente diezmaron las poblaciones indígenas, y la desunión entre comunidades, de las cuales supieron aprovecharse.
PRIMERAS CONCLUSIONES:
Siguiendo el trabajo del Profesor Restall podemos hallar algunas coincidencias en los relatos contemporàneos y posteriores que se han realizado sobre la epopeya gaboteana al rìo de la Plata.
Asì es posible apreciar como los relatos y crònicas històricas que hemos venido repitiendo desde àmbitos oficiales y escolarizados han puesto de manifiesto la exaltaciòn de determinados hombres que investidos de condiciones excepcionales han sido colocados en el pedestal del hecho històrico hasta el punto de invisibilizar a otros. En nuestro caso la figura de Sebastiàn Gaboto, el marino veneciano al servicio de España, que ha sido realzado en su accionar a pesar del pretendido fracaso o desobediencia (si nos atenemos a las instrucciones de sus capitulaciones con la Corona). Su figura casi mìtica diò nombre a nuestro pueblo y dentro de èl a un club social y deportivo nacido en la dècada de 1920 con el nombre de Sebastiàn Gaboto F.C., pero a su vez la escuela primaria oficial tambièn lleva su nombre. Pueblo, club y escuela primaria universal lo coloca en un lugar de privilegio. Es parte de esa historia oficial y mìtica, contada a partir de relatos donde existìan hèroes y villanos, donde se definìa tajantemente quien era “bueno” y quien era “malo”. Donde existen calles dentro de la localidad denominadas: Sancti Spìritus, Garay, Solìs, Magallanes, Hurtado, Mendoza, que dan cuenta de la consideraciòn que tuvo en nuestra construcciòn històrica la llegada del europeo en el siglo XVI pero haciendo foco en los Jefes de cada expediciòn. Y no existen registros de calles con nombres de caciques o mayorales, ni de tribus locales, ni tampoco de los rìos Coronda, Carcarañà, Paranà o arroyos como el del Monje o de los Chanàs. Todo un desafìo en el camino hacia los quinientos años de la fundaciòn del Fuerte Sancti Spìritus el trabajo de revisitar la historia para lograr poner luz, visibilizar a la mayorìa de los actores que fueron parte, y asì encontrar un concepto màs amplio, màs inclusivo al gentilicio GABOTERO.
Es muy importante el rescate de todos los nombres posibles que entre 1527 y 1529 estuvieron en Puerto Gaboto, porque allì podremos tambièn descubrir que tanto la expediciòn de Gaboto como la de Diego Garcìa de Moguer estuvieron compuestas, no por los ejèrcitos del Rey de España, sino por marinos de distintas nacionalidades que por diversas razones se embarcaron en bùsqueda de un destino. Es importante no confundir en èste momento los conceptos de “soldado español con el de conquistador”. Entre los 210 hombres que vinieron con Sebastiàn Gaboto se reconocen en los documentos pajes, veedores, contadores, sacerdote, marineros, tesoreros, alguacil, cirujanos, tonelero, escribano, capitanes pero muy poquitos soldados. Esto se debe a que la expediciòn era eminentemente comercial en su constituciòn. No es menor el dato que màs del 50% de los hombres que vinieron con Gaboto no eran españoles, sino de otras regiones europeas. Al respecto Amadeo Soler en su libro Puerto Gaboto dice “el Fuerte Sancti Spiritus fue fundado por el navegante veneciano Sebastian Gaboto el 9 de junio de 1527 acompañado de un expedición multirracial de aproximadamente 210 hombres, entre ellos españoles (de todas las regiones), italianos, además de súbditos de Alemania, Córcega, Escocia, Grecia, Hungría, Inglaterra, Irlanda, Países Bajos, Portugal y Esclavonia. (como anticipando corrientes inmigratorias posteriores y nuestra identidad de crisol de razas)”.
Es preciso destacar que la fundaciòn del Primer Asentamiento Español en el Rìo de la Plata (Sancti Spìritus) el 9 de junio de 1527 no fue obra exclusiva de Sebastiàn Gaboto, fue producto de un proceso màs amplio que aportò conocimientos previos (hoy sabemos que las expediciones de Solis y Magallanes al rìo de la Plata, junto con viajes de portugueses dejaron nàufragos en la regiòn pero tambièn llevaron valiosos datos a Europa). Los españoles que atravesaron el Atlántico formaban parte de un proceso donde participaron muchos conquistadores potenciales. Ellos y todos los pueblos con que se toparon —y no un simple puñado de grandes hombres supuestamente excelsos— fueron los responsables de los acontecimientos que siguieron. Que en el caso de Gaboto significò el ataque y destrucciòn de su real en la desembocadura del rìo Carcarañà en el Coronda por parte de una coaliciòn de pueblos nativos. De cara a los 500 años de èste acontecimiento no podemos reducir la Historia a un conjunto de personajes emblemáticos y a una determinada versión de sus hazañas. Un atractivo adicional de esta reducción, que se ha hecho en forma sistemàtica o desde el anarquismo conceptual de la oralidad, es que brinda la oportunidad de modelar la historia y sus protagonistas.
Mi objetivo no es desacreditar esta técnica de narración histórica; al fin y al cabo, yo también la he utilizado. Tampoco pretendo construir un relato en el que la acción individual se subordine por completo a las fuerzas estructurales y las causas generales de cambio social. Pero llevado hasta sus últimas consecuencias, el enfoque de los “grandes hombres” ignora la influencia de otros procesos, más generales, de cambio social. No reconoce la relevancia del contexto ni las circunstancias ante las cuales los grandes hombres -lejos de modelarlas a su antojo – se vieron obligados a reaccionar: acontecimientos, fuerzas naturales y muchos otros seres humanos. La atención prestada a unos pocos hombres eminentes relega a un segundo plano a muchos otros individuos de trayectorias similares. La verdadera INVISIBILIZACION DE LA HISTORIA.
Pàrrafo aparte merece el tema de la comunicaciòn establecida entre los conquistadores españoles y las tribus de la regiòn Carcarañà/Coronda. La existencia en la expediciòn de Gaboto de lenguaraces o intèrpretes como Francisco del Puerto (hallado en San Làzaro sobre el rìo Uruguay) , Jorge Gòmez (levantado en Pernambuco, Brasil), Enrique Montes , y Luis Ramìrez (hallados en la isla de los Patos ) que habìan venido en otras expediciones y se quedaron en estas tierras por casi una dècada, les permitiò ràpidamente entablar comunicaciòn fluìda con los nativos, principalmente con la parcialidad guaranì. Esta relaciòn fue la base de informaciòn y apoyo logìstico con que contò Gaboto para explorar el rìo Paranà hacia el norte, y le sirviò tambièn al Capitàn Francisco Cèsar en su salida hacia el oeste siguiendo el Carcarañà.
La situaciòn tensa que se viviò hacia julio/agosto de 1529, que termina con el ataque y destrucciòn del fuerte Sancti Spìritus el 10 de setiembre de ese año, es el Primer Hito de Resistencia Indìgena contra el orden imperial español que pretende establecerse. Resistencia que tiene varias razones, la violencia, injusticias y atropellos ejercidos por los conquistadores. En èsta primera etapa no se aprecia el mito de la devastaciòn indìgena. Pensemos que la expediciòn de Gaboto ademàs de tener en su origen un caràcter comercial perseguìa encontrar el Paìs del Rey Blanco o las Sierras de la Plata, donde se decìa fluìan el oro y la plata. Por lo tanto nuestros indìgenas no sufrieron la explotaciòn vivida en otras regiones del continente donde si se encontraban los yacimientos buscados. Pero es lògico pensar que nuestras aldeas indìgenas fueron inducidas, por el intercambio y por la fuerza, a ser proveedoras de conocimientos, comida y fuerza de choque para la campaña de bùsqueda que emprendieron Gaboto y Garcìa de Moguer. Hace tiempo, en una clase de historia de la escuela secundaria de Puerto Gaboto, una alumna me preguntò: Profesor, què pasò con nuestros indìgenas que desaparecieron?. La interpelaciòn me pareciò magnìfica, porque nosotros hablamos de nuestros indìgenas en pasado, de chanas, de timbùs, de caracaraes, de corondas, de guaranìes y querandìes como seres distintos a nosotros que habitaron nuestro suelo cuando llegaron a los españoles, y despuès…desaparecieron?. Si!!! Desaparecieron de la HISTORIA OFICIAL. Pero aùn los podemos ver emerger en algunos rostros, en la piel, en saberes ancestrales, en expresiones artìsticas musicales o plàsticas. Porque siguen entre nosotros, invisibilizados, tal vez esperando los 500 años para resurgir retomando su lugar en la historia. Dicièndonos que la Resistencia Indìgena continùa, que no han desaparecido, que estàn aquì y son parte del SER GABOTERO que sigue presente despuès de 500 años de colonizaciòn.
Y cerrando estas reflexiones, que no son màs que un humilde aporte al debate general sobre la identidad gabotera y argentina en el marco de los 500 años de la fundaciòn del fuerte Sancti Spìritus, primer asentamiento español en el Rìo de la Plata y Primer Hito de la Resistencia Indìgena, deseo compartir esta idea. Los conquistadores europeos no vencieron y dominaron, sobre todo en nuestra regiòn, a los indìgenas por el poder de las armas o de la violencia, lo hicieron a partir de dos situaciones que nos deben llevar a reflexionar en la actualidad, donde cambian los nombres pero las polìticas imperialistas y de sometimiento de las grandes potencias siguen latentes y activas. Lo lograron mediante un potente proceso de ACULTURACION (La aculturación es un proceso de adaptación gradual de un individuo o de un grupo de individuos de una cultura a otra con la cual está en contacto continuo y directo. El proceso de aculturación consiste, por un lado, en la incorporación de elementos de la nueva cultura y, por otro, en el reajuste de los patrones culturales del individuo o grupo, motivados ambos por la necesidad de reorientar sus pensamientos, sentimientos y formas de comunicación a las exigencias de las realidades externas), y tambièn aprovechando la DESUNION que existìa entre las tribus (usaron unas contra otras, exacerbaron sus diferencias y las utilizaron para que combatieran por ellos proponiendo alianzas).
Dos palabras que seguramente seràn el desafìo del siglo XXI para Puerto Gaboto y para Argentina: còmo resistir culturalmente a un proceso Internacional que pretende desdibujar nuestras costumbres y haceres para incluirnos en la homogeneizaciòn servil de un sistema capitalista extractivo y de acumulaciòn con grandes indìces de desigualdad y pobreza; y como encontrar en la identidad propia los lugares comunes que nos permitan sentirnos partes de un todo y no piezas individuales de un tablero mundial que jamàs nos va a preguntar si estamos de acuerdo con las decisiones que se toman màs allà del Ocèno Atlàntico.
Fuentes
Gonzàlez Ricardo N., Historia de Puerto Gaboto, Gènesis y desarrollo del Primer Pueblo Argentino, 2014
Soler Amadero P., Los gloriosos huèspedes de Puerto Gaboto, 1981.
Biblioteca Nacional de España https://datos.bne.es/obra/XX3365464.html
Plataforma digital Liceus https://www.liceus.com/producto/el-mito/
Luis Felipe Palacio Guerrero: Matthew Restall Los 7 mitos de la conquista española Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Barcelona: Paidos, 2004
Centro Virtual Cervantes: https://cvc.cervantes.es/…/diccionario/aculturacion.htm
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